Ave y Mito

 AVE Y MITO

Año II  N° 18

Enero  de 2019

Texto: Alicia Grela Vázquez

Imagen: Elsa Sposaro

SUMARIO

Pájaro campana

Los trabajos de Hércules (séptima parte)

Pájaro campana

Pájaro Campana

Su canto, figura y presencia dieron lugar a una leyenda. En ella se cuenta que cuando se estaba levantando una modestísima iglesia, en la región de las Misiones Jesuíticas, los guaraníes destruyeron los muros perimetrales e ingresaron. El padre Roque González estaba preparando la instalación de una campana. Entonces se inclinó para atarle el badajo, para así poder tocarla y alegrar con ella a su feligresía.

Misión Jesuita

El cacique hechicero Ñesu envió a su esclavo Maranga, quien a una señal,  al ver al religioso en esa posición, cumplió con su mandato descargando sobre la cabeza del sacerdote un golpe tal que lo mató al instante. Con su último suspiro se transformó en mártir. Pero la campana aún sin badajo, misteriosamente empezó a sonar. Su sonido por doquier persiguió a quienes habían matado al misionero. La campana fue transformada por Tupá en un pajarito blanco, que con su canto semeja en tañido de una campana.

Tupa - Dios guaraní

La Poesía y la Música se aunaron para dar su versión artística del tema Pájaro Campana. Algunos de cuyos gratos ejemplos son:

Paraguay - Pájaro Campana (cantada)

Los trabajos de Hércules

Séptima Parte

Es necesario justificar la realización de los Trabajos de Hércules. Ellos se deben a un conjunto de hechos que llevaron a ello. A saber: Creonte en reconocimiento por la victoria obtenida, ofreció sus hijas a Hércules y su hermano Ificles.  El semidiós tomó a Megara como esposa. Con ella tuvo tres hijos varones: Terímaco, Creontíades y Deicoonte. Paralelamente, Ificles esposó a Automedusa, a la que después de procrear a sus tres niños, abandonó.

Hércules matando a sus hijos – A. Turchi

También se dice que Hera lo indujo a la locura que lo hizo asesinar a su esposa, sus hijos y dos de los de su hermano. Sólo sobrevivió su sobrino Yolao. Horrorizado por su sangrienta masacre, se hubiese suicidado, pero el oráculo de Apolo le dijo que podría purgar su culpa, si fuese a servir al rey de Micenas, su primo Euristeo. Éste ordenó, en principio diez trabajos, pero dos no se los tomó en cuenta por haber recibido ayuda externa para realizarlos. Así fue le sumó dos más.

Apolo

De algún modo se lo consideró inimputable y se le otorgó el beneficio de lo que hoy sería una probation, como si se tratase de un caso delictivo menor. El emparentado monarca le impuso como desafío una serie de tareas de muy difícil realización y cumplimiento: los trabajos de Hércules. Todos ellos remiten a Hera, por la región o el viviente involucrado. Siempre son violentas, pues implican robo o muerte.

Hera

La última de las tareas (para algunos la anteúltima y para otros la tercera) de las encomendadas por Euristeo a Hércules fue robar del Jardín de las Hespérides las manzanas de oro que otorgaban la inmortalidad. Sus guardianas eran llamadas Hijas del Atardecer por estar en el extremo occidental de Europa. Ellas eran cuatro: Aretusa, Egle, Eritia y Hesperia, según otras versiones eran sólo tres.

Hespérides

La Estrella Vespertina señalaba el ocaso y se relacionaba con ellas. Se las tenía por hijas de Atlas. Estas ninfas eran las guardianas del árbol maravilloso que Gea le dio a Hera como regalo de bodas, cuando contrajo matrimonio con Zeus. Se lo ubicó en el punto extremo occidental, en el fin del mundo conocido por los griegos.

Hespérides

Esta labor era más difícil, porque implicaba desafiar y ofender a su declarada enemiga a muerte, que por enfrentar a su custodio: Ladón, el dragón de cien cabezas, con lenguas que hablaban cada una un idioma diferente, a quien venció en la lucha. Hera compadecida, en recompensa lo transformó en la constelación del Dragón.

Hércules y Ladón

Para concretar el resto de la misión, realizar la singular cosecha, Hércules le pidió ayuda a Atlas. El titán, condenado a sostener sobre sus hombros al mundo, accedió. Pero, para hacerlo necesitaba que mientras tanto el héroe tomase su lugar y le diese un respiro que lo aliviase, aunque sólo fuese por un momento.

Atlas y Hércules

Fue quizás por esa razón que Atlas se ofreció a llevar él mismo a Euristeo, las doradas manzanas que había cortado del árbol sagrado. Pero Hércules no estaba dispuesto a aceptar el trato. Y siendo diestro en engaños y robos, le resultó sencillo valerse de ellos para que el ingenuo titán volviese a llevar nuevamente su voluminosa y pesada carga. Luego, el magnífico ladrón sólo tuvo que tomar lo que su ayudante había recogido y huir de allí a toda prisa.

Hércules en el Jardín de las Hespérides

Hércules, debió recorrer muchos territorios para llegar al Jardín de las Hespérides, ya que desconocía su real ubicación. En su búsqueda realizó proezas dignas de ser narradas, como la liberación de Prometeo y el reencuentro con el más sabio de sus maestros, el centauro Quirón, a quien había herido con una de sus flechas, quien cedió su inmortalidad al benefactor de los hombres. Por lo cual fue recompensado haciendo de él la constelación de Sagitario.

Quirón (Sagitario)

Hércules logró apropiarse, aunque indebidamente, de las manzanas de la dicha y llevarlas a Euristeo, quien se las dio al héroe y éste a su vez a Atenea. La diosa las restituyó a las Doncellas del Ocaso, para que continuaran custodiándolas. Algunos autores, como Jung, ven en este episodio símbolos del amor, la sabiduría, la voluntad y el servicio como los cuatro elementos necesarios para el equilibrio personal.

El Jardín de las Hespérides

El cine de aventuras no pudo eludir la atracción de Hércules, razón por la cual hizo muchas recreaciones de las hazañas del mitológico héroe. Más recientemente los dibujos animados y las historietas (comics) lo acercaron al público infantil. La escritora Agatha Cristie transformó al semidiós en Hércules Poirot, protagonista de su  novela policial Los trabajos de Hércules.