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miércoles, 1 de mayo de 2019


AVE Y MITO

Año II  N° 22
Mayo  de 2019

Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro




SUMARIO

Nana de la bandada de loros
Eco (Anomalías…lías)



Nana de la bandada de loros
Prof. Graciela Sovrán Haro


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Bandada de loros

Todos juntos al alféizar
En apretado conjunto,
Los loros en competencia
Volvían verde mi mundo.

En voz baja yo cantaba
Para que no alzaran vuelo
A mi niña tierna nana
Para continuar durmiendo.

De pronto mi niña llora,
Algún dolor la despierta
Y los loros se evaporan
Quedando blanco el alféizar.



Eco (Anomalías…lías)
Reflexionando sobre la salud es posible descubrir también algunas patologías, como la ninfomanía, entendida como un deseo sexual insaciable en la mujer. Esto prejuiciosamente supone que no se debería tener ninguno. Esa designación técnica parte de los seres mitológicos denominados: ninfas.

Ninfa Eco

Otra es la ecolalia. Esta perturbación del lenguaje, consistente en la repetición de una frase, una palabra o sólo del final (incluso alguna sílaba) toma su nombre de un personaje mítico propio del mundo griego: la ninfa Eco.

Eco - Waterhouse

El folclore vive en variantes. Esto afirmaba don Ramón Menéndez Pidal. El mito de la ninfa Eco es un ejemplo que sirve para probarlo, pues se lo cuenta de muy diversas formas. Ella fue criada por otras de su especie y educada por las nueve Musas hijas de Mnemosine y Zeus. Aprendió de ellas el arte de la elocuencia.

Atenea y las musas – F. Floris

Encantaba con sus palabras a todos cuantos le oían. Hera y su esposo, ambos también se embelesaban con sus relatos. Según algunos refieren, el gran Júpiter, padre de dioses y hombres los aprovechó para seducir con ellos a alguna pareja ocasional. Y también para seducir a alguien más, mientras su esposa Juno se distraía oyéndolos.


Júpiter y Juno – Hamilton

En otras versiones Zeus además intentó conquistar a la elocuentísima infortunada. Como quiera que haya sido, la divina celosa harta de sufrir por tantas infidelidades conyugales, se vengó de la víctima, haciendo que la colaboradora o cómplice del engaño (o su presunta rival) se viese privada de su mayor atractivo: la verba.


Júpiter, Semele y Juno – E. Quellinus


Desde entonces sólo pudo repetir el final de lo que otros decían. Esto sirvió para designar posteriormente la patología que se conoce como ecolalia, frecuente acompañante del autismo. Quizás por esa razón para otros, privada de su mayor atributo, apenada (avergonzada y entristecida) se ocultó en una cueva. En ella se fue secando hasta convertirse en una roca más de su guarida.

Eco en la cueva

También se la relacionó con Pan, quien se apasionó por ella. Al ser rechazado, quizás por tener la ninfa otro amor (tal vez Narciso), el melódico dios decidió vengarse. Pudo incluso, según se cuenta, haber ordenado indirectamente su muerte, provocando entre los pastores pánico. Este término pasó a designar el miedo intenso o terror manifiesto.

Los servidores de Pan la descuartizaron y esparcieron sus restos por toda la tierra. Sólo quedó su voz para repetir, aunque parcialmente, lo que alguno dijera.  En esas circunstancias la diosa madre Gea la acogió. En otros relatos ella, para evitar al libidinoso perpetrador se arrojó a la corriente del Laón.

Eco y Pan
   
Finalmente, las narraciones  que más difusión alcanzaron la vincularon con el hermoso Narciso. Según muchas de ellas Eco fue rechazada por el bello ensoberbecido, pagado de sí mismo. Pero, como también él había despreciado a quienes lo amaban, fue castigado.
En ciertas historias ellos se atraían y buscaban, aunque en otras ella huía de él. En una ocasión, estando ambos en medio el bosque, pero sin verse, él inquirió: “¿dónde estás?” y ella automáticamente repitió la pregunta. Entendiendo que Eco también quería encontrarlo, él respondió: “aquí” y ella reprodujo lo dicho. Él oyó la voz sobre las aguas, se acercó y la buscó en ellas. Allí se vio reflejado. En su intento por alcanzarla (a su amada o a su propia imagen), cayó y sucumbió por el error que provocó el castigo impuesto por Hera.

Tiresias, el vidente ciego, le había augurado al nacer una larga vida, si no se contemplaba a sí mismo. Al incumplir el precepto, encontró prematuramente la muerte. En el lugar donde la halló, según cuentan los relatos, surgió una flor solitaria, efímera y primaveral que corresponde a su transfiguración, que por eso lleva su nombre.

Narciso

Esto dicen unos, aunque según otros él pese a estar en el Hades (el reino de las sombras) continúa aún deleitándose con su propia y bella imagen.






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