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domingo, 6 de mayo de 2018


Ave y Mito

Año I  N° 10

Mayo de 2018

Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro




SUMARIO


Cucú o cuclillo

Canta o cuco


El Cuco y la Mariposa

La senda de Alcides



Cucú o Cuclillo


Cuando una avecilla es alimentada y criada por una pareja diferente de aquella de sus auténticos padres, una vez que el pichón sale del cascarón y crece, acostumbra a arrojar del nido los huevos de la nidada de sus adoptantes. Eso le ganó una muy mala reputación. Sin embargo, a pesar de esas costumbres, justificadas por necesidades vitales, el cuclillo o cuco simboliza la primavera en Europa y Asia.


Cuco



En la India y en el Tíbet, la llegada de esa estación representa la eterna renovación de la vida, la Buena Nueva cristiana y el bienestar espiritual obtenido por una renuncia espontánea. En Extremo Oriente, que la hembra del cuco ponga sus huevos en otros nidos, se considera un símbolo de renuncia al mundo y es un signo que indica una gran elevación espiritual.


Cucú común







Canta o cuco

Uxía ,Magín, María










El Cuco y la Mariposa
Marisa Alonso Santamaría




Un cuco era amigo
de una mariposa,
y para jugar
la buscó entre rosas.

Hola bella rosa
eres olorosa,
¿has visto pasar
a la mariposa?

Vino muy contenta
al amanecer,
a su amiga rana
dijo que iba a ver.

Buscando a la rana
el cuco voló,
croando en la charca,
sola la encontró.

Buenos días rana,
tu voz es hermosa,
¿has visto pasar
a la mariposa?

Llegó muy temprano,
me encontró en la cama,
luego se fue a ver
a su amiga araña.

Buscando a la araña
el cuco voló,
tejiendo sus hilos
sola la encontró.

Hola amiga araña,
estás hacendosa,
¿has visto pasar
a la mariposa?

Vino a mediodía,
hablamos un rato,
después se marchó
con su amigo pato.

En busca del pato
el cuco voló,
bailando en el río
solo lo encontró.

Hola amigo pato,
tu danza es graciosa,
¿has visto pasar
a la mariposa?

Pasó a saludarme,
la invité a comer,
a la garza luego
dijo que iba a ver.

Buscando a la garza
el cuco voló,
cuidando sus huevos
feliz la encontró.

Hola dulce amiga,
eres amorosa,
¿has visto pasar
a la mariposa?

Llegó por la tarde,
a la hora del té,
a su amigo burro
luego se fue a ver.

En busca del burro
el cuco voló,
dentro del establo
solo lo encontró.

Buenas noches burro,
tu casa es preciosa,
¿has visto pasar
a la mariposa?

A su amiga luna
dijo que iba a ver,
se marchó cansada
al anochecer.

Cantar a la luna
el cuco escuchó,
y a la mariposa,
dormida en sus brazos,
por fin encontró.   






La senda de Alcides


La principal esposa, aunque no la primera, del supremo Zeus fue Hera, a quien los romanos llamaron Juno. Ella lo acompañaba presidiendo la Asamblea de los dioses, desde su destacado trono. Pero ese lugar superior de privilegio no impidió que sufriese, como una de las mortales, por la infidelidad reiterada de él y el reproche perpetuo asociado a los celos que en ella provocaba el comportamiento de su marido.


Zeus (Júpiter) y Hera (Juno) – James Barry



De los muchos episodios hay uno destacado especialmente, porque por sus consecuencias se convirtió en su gloria e hizo que una vez más ella se viera (o por lo menos así se la mostrase) como una fiera despechada. Este fue el caso del engaño que su esposo, metamorfoseado en la figura de Anfitrión, recién llegado de la guerra contra los Telebeos, perpetró con la reina Alcmena.



Zeus y Alcmena – Giulio Romano



Por esa intensa unión de una larga noche gestaron un hijo. Pero llegado al lecho conyugal el auténtico y esperado combatiente, también la fecundó.  En consecuencia, a los nueve meses dio a luz en medio de grandes dolores al descendiente del dios Zeus (Alcides) y al de su rey Anfitrión (Ificles).





El gran simulador lleva consigo a su precoz vástago y hace que, invisible, Hermes lo ponga a mamar del pecho de Hera que, inadvertida, duerme. Cuando ella lo nota, separa violentamente su pezón de la boca de la hambrienta criatura. Como consecuencia de esta acción, se desparraman por todo el universo sus sagradas gotas de leche,  generando la Vía Láctea, que más tarde fuera conocida como Camino de Santiago, porque parecía señalarlo.



Hera deja de amamantar a Alcides


El pequeño semidiós no pudo ocultar por mucho tiempo su especial condición ni su origen. Ante la mirada asombrada de sus padres, el infante (estando aún en la cuna) consiguió matar a las dos serpientes, que según cuenta la mitología, había enviado su involuntaria nodriza, que con el alimento dado lo fortaleció descomunalmente. Este excepcional acontecimiento debía tener una explicación razonable.



Alcides mata a las sierpes – Robinet Testard



Tiresias fue el encargado de justificar ese hecho. El mediador vivió parte de su vida como mujer (castigado por haber separado a dos serpientes que estaban apareándose). Tiempo después volvió a su forma masculina al repetir esa censurable acción. Participó anteriormente en otros problemas y conflictos que enfrentaron a la pareja dominante en el panteón.  


Tiresias separando a las serpientes – Johann  Ulrich Krauss



Por haber integrado la comunidad de uno y otro género, se le pidió su opinión sobre cuál disfrutaba más del sexo. Respondió que la parcialidad femenina gozaba más. Por contrariar a Juno, quedó ciego. Zeus compensatoriamente le convirtió en vidente. Mas, según otras versiones, esas propiedades se relacionarían con haber visto desnuda a la virgen Atenea.



Tiresias (fragmento) – J. Heinrich Füssli



El adivino le dijo a Anfitrión que la sirvienta, testigo de todo lo sucedido, se lo contó a Hera y desencadenó su reacción. Ella convirtió a la infortunada criada en comadreja.  Sabiendo eso el rey Anfitrión decidió vengarse, pero en la persona de Alcmena, la víctima. Él quiso quemarla viva. Sin embargo, el divino violador, se lo impidió. Pero pese a todo, el marido engañado aceptó su condición de padre putativo y criar a Alcides junto al hijo de su sangre: Ificles.


Anfitrión, Atenea y Alcmena con Ificles y Alcides




Alcides e Ificles


Ambos hermanos se desarrollaron como príncipes en un ambiente que propiciaba las virtudes heroicas: la valentía y el coraje, consideradas entonces pasiones nobles. Se prepararon para una vida plena de aventuras y batallas en que las artes marciales jugaban un papel fundamental en su formación. Para ello tomaron distinguidos maestros: Cástor y Pólux (Gimnasia): Autólico (lucha) y Eurito (Arquería).



El rey Eurito y Alcides en un banquete



Pero su educación incluía también el aprendizaje de otras áreas. Lino le enseñó de la Música, a tocar la lira y Eumolpo el canto.  Mientras que, el mejor de todos, el centauro Quirón: los temas de Astronomía y Medicina. Sin embargo, no fueron las técnicas ni las ciencias las que más ayudarían a Alcides a hacer y recorrer su senda, sino alguna de las otras bellas artes, al decir Tomás De Quincey, refiriéndose al asesinato.



Quirón y Alcides







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