Ave y Mito
Año I N° 9
Abril de 2018
Colibrí fantástico - Elsa Sposaro
SUMARIO
Picaflor
Hércules en amores
Picaflor
Pablo Neruda
EL Colibrí de siete luces,
el picaflor de siete flores,
busca un dedal donde vivir:
son desgraciados sus amores
sin una casa donde ir
lejos del mundo y de las flores.
Es ilegal su amor, señor,
vuelva otro día y a otra hora:
debe casarse el picaflor
para vivir con picaflora:
yo no le alquilo este dedal
para este tráfico ilegal.
El picaflor se fue por fin
con sus amores al jardín
y allí llegó un gato feroz
a devorarlos a los dos:
el picaflor de siete flores,
la picaflora de colores:
se los comió el gato infernal
pero su muerte fue legal.
Leyenda del picaflor
Hércules en amores
Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro
Hércules siendo aún muy joven se halló en la encrucijada
en que debía optar por la vía de la Virtud,
que en la pintura de Aníbal Carracci está simbolizada por una mujer a la izquierda
del cuadro, señalando un camino ascendente, que conduciría a quien lo siguiese,
a la inmortalidad; y la Disolución
(a la derecha) de Hércules que descendiendo,
llevaría a la voluptuosidad y
al pecado.
El juicio de Hércules – Aníbal Carracci
La opción privilegiada
de Heracles también fue representada por Pompeo Batoni que se valió de la
imagen de la virgen Palas Atenea
(Minerva) para personificar la Bondad,
ubicada también como en la anterior, a la izquierda. Para completar la alegoría, Afrodita (Venus) simulando ser la
Felicidad, correspondería a la Maldad.
Hércules en la encrucijada – Pompeo Batoni
El orgullo, la vanidad, la arrogancia, sobre un
temperamento colérico, dieron como resultado el mal carácter del héroe divino. Esto se evidenció en el maltrato dado a sus amados maestros, a punto tal de llegar
a herirlos o matarlos, como hizo con Quirón
y Lino. Así las cosas, consideró dar por finalizada
su preparación y continuó, ya sin sus
mentores, el camino que le llevaría a poner fin a su vida como Alcides y comenzar a ser la Gloria de Hera (Heracles o Hércules, al
decir de los romanos).
Hércules músico con Atenea
Siendo entonces muy
joven cambió de nombre y de vida. Dejó de ser Alcides y pasó a cumplir el destino de Heracles, que entre las Moiras, Hera y él trazaron y escogieron.
De modo que, con sólo 18 años fue a la corte del rey Tespio, de la ciudad del mismo nombre. Allí comenzó a realizar una
de sus difíciles, heroicas y afamadas tareas,
pero también continuó con sus fechorías
y lances amorosos.
Los Trabajos de Hércules
El monarca para mostrar su agradecimiento por la obra
cumplida (eliminar al invulnerable León
de Nemea) le ofreció yacer con las cincuenta hijas vírgenes que le diera su
esposa Megamede. Ahí está, por lo
que valga, un buen ejemplo de hipérbole.
Es por eso que algunos autores limitan a doce el número de mujeres. El héroe
aceptó la oferta. Y la orgía podría haber
estado relacionada con las fiestas de Hestia
y las jóvenes vestales.
Hércules y las hijas de Tespio
El garañón gozó de ellas en una misma noche, haciendo
gala de su virilidad. Aunque alguna versión dice que fue en sucesivas
ocasiones. También fue fértil en todos los casos. A los descendientes de
estas múltiples uniones (51), dado que la menor tuvo mellizos, se les llamó “Tespíades”. Sólo una joven se le
rehusó.
Hércules
y las hijas de Tespio
Evidenciando su vanagloria castigó a la única mujer
que lo rechazó, pues no pudo asumir ser despreciado por ella. Por la herida causada
en su dignidad masculina, el héroe la condenó a no tener hijos, permanecer
virgen a perpetuidad y servir en el templo que la ciudad debería elevar en su
honor, el del magnífico Heracles. Pero todo esto podría ser sólo una alegoría.
Jóvenes
Vestales (sacerdotisas de Hestia)
En otra ocasión el tirano de Tebas, Creonte, en reconocimiento por la
victoria sobre Orcomenos, ofreció sus hijas a Hércules y su hermano Ificles. El
semidiós tomó a Megara como esposa y
la violó repetidamente. Con ella
tuvo tres varones: Terímaco, Creontíades y Deicoonte. Paralelamente, Ificles esposó a Automedusa, a la que, después de procrear a sus tres niños, abandonó.
Megara
El mito cuenta que Hera
lo indujo a la locura que lo llevó a
asesinar a sus hijos y dos de los de su hermano. Sólo sobrevivió su sobrino Yolao. Horrorizado por su sangrienta
masacre, quizás se hubiese suicidado, pero el oráculo de Apolo le dijo que podría purgar su culpa, si fuese a servir al rey de Micenas, su primo Euristeo.
Hércules mata a los hijos de Megara - Turchi
Luego de la matanza, cedió su esposa Megara a Yolao para que fuera su mujer. El joven aceptó la generosa oferta. Con ella tuvo una hija llamada
Leipefilena. No obstante lo cual, los relatos mitológicos afirman que su
sobrino lo siguió en sus aventuras y le ayudó a concretarlas con éxito. De ello
hay sobrados ejemplos.
Hércules y Yolao
Uno de los amores de Hércules fue Yole (Íole), hija de Eurito y hermana de Ifites (Ífito). La familia de ella se opuso a que se casaran, por
el mal temperamento y los arrebatos del héroe, pues temía que pudiese repetir
aquella sangrienta historia en que sus propios niños fueron víctimas inocentes
de su furia asesina.
Hércules y Yole
Pretendiendo evitar un desenlace fatal como aquel, su
padre, el rey de Ecalia, la ofreció como premio
a quien venciera en la competencia de arquería. El semidiós ganó el concurso, pero ella no le fue
entregada. Tras una serie de enredos, engaños y malentendidos, el feroz
pretendiente terminó dando muerte a los parientes de su simpatía
y raptándola a ella.
Heracles con la familia de Yole
Hércules no supo nunca
controlar su ira. En este nuevo arrebato, que culminó en el homicidio de Ifites, fue obligado por Hermes a venderse como esclavo. Su compradora fue Onfale. Ella era una dominadora, que hizo de él un hombre
travestido de mujer, perfumado y ocupado en labores presuntamente femeninas.
Onfale y Hércules – Rubens
Varios artistas
plásticos de distintas épocas dieron cuenta estéticamente de aquellos tres
placenteros años perversos que pasó como varón sometido y mimado por su dueña, la reina Onfale. Pasado el
término establecido en la condena, la esposó, la hizo su señora y con ella tuvo un hijo: Lamo (Agelao).
Hércules y Onfale
Pese a todo, Yolao fue
su compañero en el episodio de la
eliminación de la Hidra de Lerna, en
que complementaba el ataque del semidiós, cauterizando cada uno de los cortes
(para impedir la regeneración) que aquel hacía al decapitar a ese extraño y
temible animal.
Hércules y Yolao matan a la Hidra
También le siguió a la región de Calidón en la cacería del Jabalí
del Monte Erimanto, que Artemisa había enviado para castigo de
los mortales humanos. Francisco de Zurbarán lo cuenta en su pintura, en la que
también aparece (detrás de Hércules, al fondo) el rey Euristeo de Micenas, cargando a la bestia ya muerta.
Jabalí
de Erimanto - Zurbarán
Eurípides consideró a Yolao compañero y erómeno (amante)
de Hércules. Otros autores lo afirmaron en coincidencia como Plutarco.
Para decirlo se valieron de indicios relevantes y de los muchos conocidos, tres
episodios fueron sobresalientes: el joven sobrevivió a la masacre familiar;
recibió en prenda a Megara y fue enviado a guiar a los Tespíades (sus hijos).
Amante (erastés) besa a su amado (erómenos)
Yolao participó con su tío y amigo en la expedición de Jasón y los Argonautas, en busca del Vellocino de oro. El semidiós tuvo
entre los héroes de esa legendaria tripulación varias parejas masculinas. Pese a
esos vínculos, Hércules no llegó hasta el final de la
común empresa. La abandonó, considerando
que su prioridad era otra.
La nave Argos – Lorenzo Costa, el Viejo
Algunos autores de la antigüedad dejaron referencias en
sus escritos del amor que Hércules
sentía por el rubio Hilas. Teócrito afirmó eso y que el héroe,
desde que se lo quitó a su malvado padre, el destructor Teodamante, rey de los Dríopes y le enseñó desde niño las artes (marciales) prometiendo que ellas
harían de él un afamado y gran hombre.
Hércules
e Hilas
Hilas
en una ocasión, fue
con un cántaro metálico a buscar y cargar agua del manantial sagrado Pegas, pues debía llevarla para la
cena de los famosos y heroicos tripulantes de la nave Argos y su constructor. Entonces, por la intervención de Afrodita, la ninfa Dríope enloqueció de amor por él y lo atrapó, prendada de su
juvenil y masculina belleza.
Hilas y las Ninfas – Mosaico
El héroe Polifemo
lo oyó gritar, pero sólo pudo recuperar el recipiente. Al encontrarse luego con Hércules, se lo
comunicó. Éste lo llamó tres veces por su nombre, pero sin éxito alguno. Y
aunque su enamorado respondió, no fue oído por él. No obstante, decidió salir
al rescate de su amante. Prefirió continuar buscándolo y salir a rescatarlo,
pese a los reclamos y reproches de sus camaradas.
Ninfas, Hilas y Hércules
Finalmente Hilas, seducido por las ninfas, permaneció viviendo
con ellas en una caverna subacuática. Las intenciones de esas deidades quizás
fueran buenas, pues lo tomaron para
casarse con él. El mosaico (muchas veces interpretado de manera cómica o
erótica) muestra a la víctima, rodeada y agarrada por las apasionadas
criaturas de las aguas, y en el fondo al semidiós. Las figuras ilustran lo
escrito por Ovidio y Virgilio.
Hilas y las Ninfas
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